¡Mil Gracias!

marzo 15, 2014

Los únicos regalos del mar son golpes duros, y ocasionalmente la chance de sentirse fuerte. No conozco mucho acerca del mar, pero sé que así es. Y también sé lo importante que es en la vida no necesariamente ser fuerte, sino sentirse fuerte. Medirse uno mismo aunque sea una vez. Encontrarse aunque sea una vez en las más primitivas condiciones humanas. Enfrentando la ceguera y la sordera solo, sin nada que te ayude excepto tus manos y tu propia cabeza.



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